sábado, 31 de diciembre de 2011

LA TECNOLOGÍA IMPOSIBLE DE EGIPTO

Finalizo el año con este buen documental sobre la tecnología imposible en el antiguo Egipto, con una introducción de Enrique de Vicente y dirigido por el destacado investigador Manuel José Delgado. Una forma excelente de iniciar una serie de documentales que estoy seleccionando sobre los misterios de Egipto y otras civilizaciones, que parecen estar todas relacionadas, y que iré poniendo el año que viene. Los datos y las conclusiones que estos videos y otros artículos que voy a ir elaborando son y serán extraordinarios...

jueves, 22 de diciembre de 2011

EL DISEÑO SAGRADO DEL CAMINO DE SANTIAGO. UNOS APUNTES E IMÁGENES PARA LA REFLEXIÓN

La catedral más grande de Francia, una obra gótica impresionante... quizás aquí empiece el Camino aunque no sea lo oficial...


La catedral de Amiens es la más norteña de los grandes templos góticos franceses, que quizás forman en su conjunto la constelación de Virgo, en honor a la Diosa Madre... a Nuestra Señora, Notre-Dame. La estrella de ocho puntas es uno de sus símbolos fundamentales, el número de la intermediación entre la tierra y el cielo... Como la gran estrella del bellísimo rosetón central de la catedral de Amiens.


O quizás esas catedrales reflejan la constelación de la Osa Mayor, las estrellas del norte donde según los antiguos egipcios se dirigen las almas para luego recorrer su destino celestial. Esta constelación es el Árbol de la Vida, por lo que antes hay que pasar por delante del Dragón, pero también es el Carro de Santiago y de esta manera tendrán como guía a la oca para recorrer el Camino de la Vía Láctea, el que marcó en el cielo con su leche la Diosa... Todo femenino al fin y al cabo, pues femenino es el inicio y el camino en nuestro mundo, un camino iniciático que es como una espiral, un laberinto hacia nuestro interior...


El inicio del Camino de Santiago en Amiens... quizás eso denota el laberinto octogonal de su catedral... Perfecto, hipnótico, es el octógono de los templos que son puertas del cielo, como la planta de la Cúpula de la Roca en Jerusalén, como otros monumentos del Camino, todos ellos lugares de iniciación que muchos relacionan, claro está, con las cofradías de maestros constructores y también con los templarios, sus guardianes... ¿ven la cruz paté, o de pata de oca, en el laberinto?

Es posible que uno de los iniciados que sabían esto fue san Fermín, el famoso santo pamplonica que viajó hasta aquí, se hizo obispo e intentó evangelizar a sus habitantes pero que tuvo que sufrir a sus detractores, que lo decapitaron en el 303. San Fermín de Amiens, patrón de la ciudad, tiene en su honor unos grandes bajorrelieves en la catedral describiendo su vida y leyenda.


Sí es oficial que el Camino empieza en otra ciudad del mágico gótico francés, París. Allí hubo una gran iglesia dedicada a Santiago de la que solo queda una esbelta torre que nos recuerda la relación secular de la ciudad del Sena con Compostela.


Y otra ciudad reconocida como inicio del Camino es Chartres, con quizás la catedral de más puro gótico y que fue maestra de las demás. Situada en un lugar que se sabe de los más sagrados para los antiguos celtas, su excelencia y misterio ha perdurado durante siglos hasta ahora.


Aquí el celestial doce configura su gran rosetón central como los dos laterales, siempre dominados por el también celestial azul de sus vidrieras, un azul especial y precioso, el azul de Chartres. Y al principio de su nave central otro laberinto, este más conocido que el de Amiens, circular con doce niveles, que parece dividido en cruz y centrado por una flor de seis pétalos.


Curiosamente, una de sus capillas con más devoción es la de Nuestra Señora del Pilar, con su imagen encima de la columna o pilar...


Desde el norte, siguiendo lo que señala la Vía Láctea, el Camino va serpenteando hacia el sur y el oeste, donde el Sol se pone todos los días. Con el diseño del Camino que presenté nos podríamos trasladar al lugar que centra la configuración de la ruta sagrada, marcado por la columna o pilar, el de la Virgen María que se apareció a Santiago y sus discípulos señalando el sitio en Zaragoza junto al Ebro, en donde con el tiempo se alza la magnífica basílica de Nuestra Señora del Pilar.


La imagen de la Virgen con Niño suele estar adornada de grandes mantos, pero ciertos días al mes se muestra sin ellos y entonces se puede ver bien la figura encima del pilar, que está adornado de oro y que deja poco espacio para ver que se trata de jade. Por supuesto, el fondo del camarín está decorado con celestiales estrellas de ocho puntas.

                                                                                       (Foto de David Abián, davidabian.com)

Pero Zaragoza no forma parte oficial de la vía principal del Camino, sí de alguno secundario, lo que no quita su fundamental importancia, más oculta que evidente, en esta ruta sagrada.

De todas formas, antes que Zaragoza está Jaca, centro del Camino aragonés y que posee una de las catedrales románicas más importantes de Europa. Se empezó a construir en la misma época que la de Compostela, entre los siglos XI y XII. De alguna manera son el principio y final del Camino monumental en España.



Entre sus joyas escultóricas y simbólicas destaca el crismón sobre la puerta principal. El crismón está muy relacionado con el Camino, se encuentra en muchos de sus templos, y aparte de simbolizar a Cristo parece marcar al lugar como sagrado formando parte de la ruta de conocimiento. Muchas connotaciones esotéricas tiene el crismón, que el lector curioso si quiere puede indagar, y básicamente tiene forma circular con varios radios, seis u ocho. El de Jaca tiene ocho radios, tiene dentro varios símbolos aparte de los habituales, está escoltado por dos leones y tiene varios textos en latín aconsejando al buscador...


Como muestra, reproduzco el texto de la base del crismón: "Si quieres vivir, tú que estás sometido a la ley de la muerte, ven aquí suplicante, renunciando a los alimentos envenenados. Purifica de vicios tu corazón para que no perezcas de una segunda muerte."

Camino purificador, Camino alquímico... Los alquimistas llamaban metafóricamente "Camino de Santiago" al proceso de la Gran Obra, ya saben, el que tiene como final la consecución de la Piedra Filosofal...
Otro crismón, como no podía ser menos, centra la portada principal de la pequeña iglesia de Santiago en Roncesvalles, el lugar que encabeza el inicio del Camino francés en España. Por desgracia, está deteriorado pero deja ver sus seis radios, y parece muy similar al de Frómista...


Siguiendo el Camino, cerca está Pamplona, lugar de nacimiento de san Fermín, tan celebrado y famoso. Este es el san Fermín de Amiens, ¿recuerdan? Una vez decapitado en aquella ciudad gala con el tiempo su cabeza fue llevada a Pamplona y su santidad honrada desde entonces en Amiens y Pamplona.


Un poco más lejos continuando el Camino llegamos a Logroño, otro centro importante del diseño sagrado. Junto a su iglesia dedicada a Santiago se encuentra algo muy curioso, una plaza con una representación en el suelo del juego de la oca, que como todos sabrán a estas alturas representa al Camino de Santiago. Milenarios son ambos y varios han sido los intentos de relacionar concretamente cada una de las 63 casillas del juego y sus símbolos con los lugares y etapas que conforman el Camino, a mi entender ninguno convincente completamente. En este de la plaza de Santiago de Logroño se hace también un intento de correlacionar en cierto modo el juego con el Camino. Me parece una obra interesante y original, y una de las cosas que más me han llamado la atención es el símbolo del laberinto del juego, no sé si será por casualidad pero se trata de uno muy parecido al de Amiens.



Tras pasar por hitos del Camino como Burgos, cuya catedral nos recuerda sin duda a las francesas a pesar de sus variantes hispanas, llegamos al lugar más al sur de la ruta, Frómista, otro lugar clave del diseño sagrado y que destaca sobremanera por su preciosa iglesia románica de San Martín de Tours. Es interesante esta advocación, pues san Martín, siendo un soldado romano, se convirtió al cristianismo con una experiencia en la que se le apareció Cristo como si fuera un mendigo, y esto ocurrió en Amiens pocos años después de que san Fermín muriera allí. Seguramente será casualidad... La cuestión es que también se hizo obispo, concretamente de la ciudad francesa de Tours, incluida en la ruta jacobea del norte del país galo, y defendió ante el emperador que no fuera ejecutado el obispo hispano Prisciliano, el conocido líder cristiano gnóstico que tanta relación tuvo con el Camino y que, considerado hereje por la Iglesia Católica, fue ejecutado finalmente, lo que provocó el disgusto y enfado de san Martín de Tours, a pesar de que este no compartía las ideas priscilianistas, quizás no era contrario del todo.


El templo de Frómista es otra de las maravillas monumentales del Camino, situado casi en mitad de este en España, y construido en la misma época que el de Jaca y Compostela. Un crismón adorna el dintel de una de sus puertas interiores, muy parecido al que hay en Roncesvalles, como ya dije.


Después de Frómista está Sahagún y León, cuya catedral de nuevo nos recuerda al principio del Camino en el norte de Francia, pero esta aún más, con su estilo de refinado gótico y maravillosas vidrieras.

Siguiendo decididamente el Camino la dirección marcada de Zaragoza al Finisterre, nos adentramos en el Bierzo, de antiguas y enigmáticas poblaciones, como Astorga y Ponferrada, donde el castillo templario todavía domina la población, como si aún sus caballeros bajo el signo de la cruz tau guardaran el Camino.


La cruz tau, usada por templarios, franciscanos y antonianos, todos presentes en el Camino. Símbolo de vida, de espiritualidad, que porta el maestro, el sabio... como Santiago. Y llegamos a Compostela, la brumosa ciudad, única y mágica, ¿campo de la estrella?, el gran destino para los ortodoxos, pues es el lugar, sea real o simbólico, donde está la tumba de Santiago.


La catedral también es, como dije, el final del Camino monumental, de la misma época que los templos de Jaca y Frómista. Sin duda, su gran joya es el Pórtico de la Gloria, un compendio de simbología basado en el Apocalipsis... Una serie de estupendas esculturas centradas por la puerta doble en forma de tau... el Árbol de la Vida...


Y en el centro, debajo de Cristo, el apóstol Santiago, con su báculo con la empuñadura en forma de tau, simbolizando sin duda a todos esos maestros del Camino, del camino interior que hay que recorrer en la vida como si un juego de la oca se tratase.


Hasta el Camino, en su diseño físico que presenté, tiene forma de tau, una enorme cruz de ángulos rectos que unen principio y final, norte y sur, este y oeste. Como si de un enorme crismón se tratara... parecido al de Jaca... y al de esta catedral de Compostela, pues en el centro de la portada de las Platerías hay un crismón similar de ocho radios escoltado también por dos leones... La relación parece clara...


Pero el Camino no termina en Compostela. Termina en la costa gallega, la Costa de la Muerte. Un lugar destacado es Padrón, donde la leyenda dice que llegó el cuerpo de Santiago en una barca tras haber sido muerto en Tierra Santa. La barca fue amarrada a un pedrón, se dice que este pedrón es el que da nombre a la población, Padrón. En fin, la cosa es que este pedrón se conserva en la iglesia de Santiago de la localidad y resulta ser un ara de origen romano, quizás anterior, en honor a Neptuno, el dios del mar, pero también de la iniciación, su tridente tan parecido a la pata de oca es solo uno de los indicios que lo relacionan con el Camino.


Otro lugar destacado sería la cercana Noia, relacionada con el desembarco de Noé, ni más ni menos, el gran líder de la nueva humanidad tras el Diluvio hace miles de años, y que si hacemos caso de la mitología comparada fue instruido y avisado por el dios que los romanos denominaron Neptuno. Allí, la inusual cantidad de losas funerarias de claro significado esotérico nos hace ver que estamos en un sitio señalado muy especialmente por los iniciados.

Pero los dos sitios que claramente son finales del Camino son Muxía y Finisterre. En Muxía se le presentó a Santiago la Virgen María montada en una barca de piedra que se acercó hasta la rocosa costa para darle ánimos y guía, similar a lo que pasó en Zaragoza, pero aquí como vemos el mar es el protagonista, pues la Señora vino cual Venus en su nacimiento sobre la concha venera... la vieira, símbolo fundamental del Camino, que lo identifica, y que es un símbolo femenino, de la Diosa...


Aquí, junto al santuario de la Virgen de la Barca, siguen las rocas que según la leyenda son los restos de la barca milagrosa, sí, milagrosa, pues las gentes del lugar les adjudican ciertas propiedades mágicas... las piedras de la Diosa, presentes también en otros lugares sagrados.
Y Finisterre, el final de la tierra, donde un importante santuario celta hubo en honor al Sol, lo que los romanos llamaban "ara solis". Un lugar privilegiado para observar el ocaso del Sol, cómo este se sumerge y oculta en el horizonte del mar, espectáculo que a los romanos que por primera vez lo vieron les llenó de temor y respeto.

Cuánto de la milenaria religión egipcia hay en todo el Camino, desde el principio hasta el final...

Final del Camino, donde el Sol muere por el oeste hasta que renazca al día siguiente por el este, como el peregrino que vino del este a morir al oeste, que aquí muere en la tierra y renace en una nueva vida purificado por el agua del mar y el fuego del Sol. Ha cambiado, ha transmutado... ¡Ultreya! ¡Hay Más Allá!

miércoles, 14 de diciembre de 2011

EL DISEÑO SAGRADO DEL CAMINO DE SANTIAGO

En el mes de junio de este año publiqué una serie de cuatro artículos sobre Chartres y otros lugares sagrados relacionados, como otras ciudades con catedrales del primer gótico francés y Santiago de Compostela, que empezaba con este post: http://ianuacaeli.blogspot.com/2011/06/chartres-y-la-reactivacion-de-los.html

Se comentaba que hay una serie de corrientes cosmotelúricas que enlazan las catedrales góticas del norte de Francia con el Camino de Santiago. Con esta creencia, casi convicción, empecé a ampliar el estudio de la distribución de los lugares que componen los hitos de este camino sagrado milenario, y aquí presento ahora en primicia el resumen de lo hallado.

Lo primero destacable, y que marca el diseño general, es que gran parte del Camino de Santiago en España parece seguir un eje que iría desde Zaragoza, donde la Virgen María, según la leyenda, se apareció a Santiago y sus siete discípulos, hasta Finisterre, el ancestral y auténtico final del Camino. Lo segundo es que las ciudades con las principales catedrales góticas del norte de Francia parecen estar situadas a escuadra, es decir, a unos 90º, de ese eje español tomando también como inicio a Zaragoza. Estudiándolo con precisión no lo parece, asombrosamente Zaragoza se muestra como un centro desde el cual se trazan dos grandes líneas que se abren exactamente con un significativo ángulo de 90º, una hacia Finisterre, que pasa muy cerca de Compostela, y otra hacia Amiens, la catedral gótica más grande del país vecino, pasando muy cerca de Chartres. Pero además esta última línea pasa por Somport y Jaca, el inicio del Camino aragonés en los Pirineos.

El otro lugar donde se inicia el Camino en territorio español es Roncesvalles. Si trazamos otra línea desde Zaragoza hasta allí y la alargamos llegamos hasta Gavrinis, sitio con un monumento megalítico destacado muy cercano a Carnac, y más allá llegaríamos hasta Cornualles (Gran Bretaña), otra zona megalítica muy importante. Lo sorprendente es que esta línea respecto a la primera, que se dirige a Finisterre, marca un ángulo exacto de 63º... el número mágico del Camino de Santiago, el del juego de la oca...

Líneas que unen grandes lugares sagrados en ángulos especiales y con centro en Zaragoza, exactamente en la Basílica de la Virgen del Pilar. No parece casualidad, ni siquiera que ese centro sea el Pilar, símbolo del eje, del centro u ombligo.



Estos serían los ejes básicos pero hay que tener en cuenta otros lugares fundamentales. Chartres, uno de los sitios oficiales inicio del Camino, estaría en su alineación con Zaragoza a 90º de Padrón, el lugar donde la leyenda cuenta que llegó el apóstol Santiago en barca; y a 63º de Carnac, la gran zona megalítica francesa. Y la línea de París, ciudad también inicio destacado del Camino, estaría a 90º de Muxía, donde la Virgen María se apareció de nuevo a Santiago. De esta manera, se unen Amiens, Chartres y París con los tres sitios básicos del fin del Camino en la costa gallega, Finisterre, Padrón y Muxía, a través del centro que constituye Zaragoza, que además marca los pasos pirenáicos de la ruta en España, Somport - Jaca y Valcarlos - Roncesvalles.



Numerosos son los lugares que parecen seguir los ejes entre Zaragoza y la costa de Galicia, no solo porque estén en la franja que marcan sino porque entre ellos hay muchos que están de forma bastante exacta en la alineación central que se dirige a Finisterre. Unos, al inicio, no forman parte del Camino, por lo menos del oficial heredado de la Edad Media, como Veruela, Ágreda, Valdeavellano de Tera, Salas de los Infantes o Lara de los Infantes. Los demás son sitios del Camino como Frómista, Sahagún, León, Astorga, Ponferrada o El Cebrero. En realidad, todos los lugares del Camino a partir de Frómista siguen, serpenteando, el eje de Zaragoza.



¿Pero antes de Frómista, a partir de Roncesvalles y Jaca, siguen algún patrón? Mi opinión es que sí, siguiendo básicamente dos ejes que se cruzan en Logroño: Roncesvalles - Salas de los Infantes y Jaca - Frómista, que curiosamente tienen el mismo ángulo respecto a los ejes que vienen de Zaragoza. Se puede comprobar en los mapas que no puede ser casual que los destacados puntos del Camino como Puente la Reina de Jaca, Sos del Rey Católico, Leyre, Pamplona, Estella, Logroño, Nájera, Villafranca Montes de Oca, Burgos o Castrojeriz estén claramente siguiendo estas alineaciones.


De esta forma, tenemos ya el diseño sagrado básico del Camino de Santiago. Pero hay más detalles que analizar.



En Galicia podemos observar varias cosas. La alineación central que parte de Zaragoza y llega hasta Finisterre se puede ver en el mapa con dos opciones muy próximas. Una es la que llega al cabo de Finisterre en correspondencia de 90º con la catedral de Amiens, y la otra es la que llega a la población de Fisterra, la última del Camino y también otro hito de él. Pues bien, incluidas en esta alineación están dos accidentes geográficos sagrados de primer orden: el Pico Sacro (relacionado directamente con el apóstol Santiago) y el Monte Pindo (montaña sagrada para los celtas).

De la ciudad de Santiago de Compostela he hablado poco hasta ahora, y es que a pesar de que, por supuesto, está incluida en la franja de los ejes hacia la Costa de la Muerte, no está de forma exacta en ninguno de ellos. Quizás es que no está situada la catedral de Compostela en un lugar principal del diseño original, es decir, de antes de la oficialización medieval a raiz de las milagrosas luces y hallazgos que ocurrieron. Eso se tiene en cuenta por muchos investigadores, no hay más que ser conscientes de que en realidad el Camino no termina ahí, sino que más bien es el inicio de la última etapa hacia Muxía o Finisterre.

Pero hay una alineación que en un principio puede parecer simplemente curiosa o una más de otras que puede haber, mas por la importancia de los lugares que une no puede se así. Compostela está en la línea que une Logroño (centro de las alineaciones del principio del Camino español) con Fisterra. En el mapa está señalada la línea en rojo y se puede observar que el Camino en Galicia parece buscarla ascendiendo desde El Cebrero.



Puedo considerar ya que el diseño básico del Camino de Santiago es este. Líneas y ángulos precisos que unen los principales sitios con muy pocas excepciones, las cuales se pueden explicar simplemente por dificultades orográficas o acortando el camino hasta los lugares realmente claves. Por ejemplo, Puente la Reina, donde se unen los dos caminos que vienen de los Pirineos, no está claramente incluido en el diseño, pero es que hay que tener en cuenta que por allí está la ruta más corta y cómoda hacia Estella, que es final de etapa y que sí está bien alineada con el diseño que he presentado.

En este diseño sagrado del Camino de Santiago hay entonces dos ejes básicos que cruzan el norte de España: Zaragoza - Finisterre, que parece el principal por el gran número de lugares que incluye, y Logroño - Compostela - Finisterre.

¿Se quedarán en España o seguirán hacia el este? Llegamos a la sorpresa final. La línea de Compostela - Logroño llega a Jerusalén, puedo decir que con cierta exactitud a la Cúpula de la Roca, al Templo de Salomón... Y la línea de Zaragoza llega hasta Giza, a la Gran Pirámide, con una gran e inquietante exactitud...


Hay poco margen a la casualidad, la probabilidad de que tantos y tan señalados lugares sagrados estén formando parte de este diseño, a base de alineaciones que parecen hechas a escuadra y cartabón, es muy poca. Las preguntas fundamentales para mí son: ¿Quiénes hicieron esto? ¿Cuándo y para qué? Puede tratarse de una ruta iniciática en busca de conocimiento (exterior e interior) que iba desde el este al oeste, hacia la puesta del Sol, hacia el reino de los muertos, de los antepasados de la Edad de Oro. Todo pensado por unos antiguos sabios de hace milenios, quizás hace 12, donde sitúan los datos que tenemos de diversas fuentes antiguas o de estudios actuales el probable final de la civilización madre y el principio de esta en la que vivimos, en una lejana epoca en medio de cataclismos y grandes dificultades. Esos sabios que quisieron salvaguardar y transmitir el conocimiento sagrado fueron los siete Shebtiu y los Shemsu Hor, los maestros herméticos seguidores de Horus... pero esa es una historia muy larga y complicada que llega hasta nuestros días... ¿Tenemos eco de ellos en el Camino con los siete Infantes de Lara o Salas, y sobre todo con los siete Varones Apostólicos de Santiago?

jueves, 8 de diciembre de 2011

SANTA MARTA

Santa Marta es conocida por ser patrona de las amas de casa, sirvientas, cocineras, hoteleros, lavanderas y, en general, del hogar y la hostelería. Esto viene por su papel narrado en los Evangelios, donde se la muestra como una mujer ama de su casa, atenta y acogedora.
Marta era hermana de María y de Lázaro. María muy posiblemente era la Magdalena y Lázaro el que fue resucitado por Jesús tras llevar cuatro días muerto. Los tres hermanos parece ser que vivían al principio en Galilea y luego en una aldea llamada Betania, que dista de Jerusalén unos siete kilómetros. Era una ruta que frecuentaba Jesús, y como eran amigos, se detenía allí para saludarlos y comer juntos. "Jesús ama a Marta, y su hermana María, y Lázaro" (Juan 11, 5).
Marta aparece tres veces en el Evangelio (Lucas y Juan): en el banquete de Betania; cuando resucitó a su hermano Lázaro y en la comida que le ofreció a Jesús poco antes de la Pascua.
En ambas comidas, es ella quien se ocupa de cocinar, de servir y de otras muchas cosas. Llegó incluso a quejarse a Jesús de que su hermana María no le ayudase en las tareas de casa. La respuesta de Jesús fue contundente y amable: "Marta, Marta, pocas cosas son necesarias... Tu hermana ha elegido la mejor parte". Se quedó helada ante esta respuesta. Más tarde la pensó y se dio cuenta de que era verdad. Su hermana María acogió a Jesús en casa como ella pero estuvo a su lado todo el tiempo, le dio conversación, se preocupó de su vida apostólica y de lo que le aguardaba en el futuro. María Magdalena desde un principio quiso aprender del Maestro por encima de todo, Marta más bien servirle.

Pero eso no quiere decir que no creyera en Él, como deja claro este pasaje cuando Marta encontró a Jesús cuando iba a resucitar a Lázaro: "Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo." (Juan 11, 25-27).


Cristo en la casa de Marta y María. Johannes Vermeer.



Según la tradición de la Iglesia Ortodoxa oriental, Marta estuvo junto a María Magdalena en la muerte de Jesús y tras la resurrección de este, como fieles seguidoras y discípulas del Maestro. Luego tuvieron que huir junto a su hermano Lázaro a Chipre, donde murieron los tres.

Pero según la tradición occidental, Marta, María y Lázaro, junto a Maximino, fueron embarcados por los judíos en una nave sin timón y sin viandas esperando que murieran, pero, guiándolos Dios, llegaron al sur de la actual Francia; unos dicen que desembarcaron en Saintes-Maries-de-la-Mer y otros en Marsella. La cuestión es que llegaron a la Provenza y se dedicaron a predicar.
Cuenta la leyenda que en aquel tiempo había en el río Ródano, entre Arlés y Aviñón, un fuerte dragón que era mitad bestia mitad pez, que se escondía en el río matando personas y hundiendo embarcaciones. Vino por el mar de Galicia y de Asia. Lo engendró Leviatán, que es serpiente que se cría en el agua muy cruel, y otra bestia fiera que se cría en tierra de Galicia, que echa su estiércol contra los encantadores como dardo y quema lo que halla con su fuego. Este dragón del Ródano era llamado Tarasca. Santa Marta, que estaba por allí, le rogó el pueblo, por la santidad que le veían, que fuese a él. Lo halló en el monte comiéndose a un hombre y entonces le echó agua bendita y le mostró una cruz, y lo aprisionó la gracia de Dios, manso como una oveja. Cuando santa Marta se dio cuenta de esto, se llegó a él y le echó una cinta al cuello, y teniéndole preso los del pueblo lo mataron a lanzadas y pedradas. La gente de la tierra, por el nombre del dragón, que era Tarasca o Tarascón, llamaron ese lugar con el mismo nombre.



Santa Marta y la Tarasca amansada, dragón que aparece en el escudo de la localidad de Tarascón.



Santa Marta, por mandamiento de san Maximino y su hermana la Magdalena, se afincó en este lugar, predicando y convirtiendo a la gente. Fundó un gran convento de monjas e hizo una gran iglesia, en honor de santa María Virgen, que por amor de Dios vivieron una vida muy áspera, pues no comían al día más de una vez, y no comían carne ni huevos ni queso ni bebían vino. Cien veces al día y otras tantas por la noche hacían oración.


Los caballeros de la Tarasca, en Tarascón.



El Ródano a su paso por Tarascón, lugar donde santa Marta amansó al dragón Tarasca. Al fondo, la torre de la iglesia de Santa Marta.


Una vez, que estaba santa Marta en Aviñón predicando al pueblo entre la ciudad y el Ródano, un muchacho que estaba en la otra orilla del río, deseando oirla, quiso cruzarlo pero no había ninguna barca y entonces lo intentó nadando, pero la fuerza de la corriente se lo llevó y se ahogó. Al cabo de dos días hallaron el cuerpo y los parientes se lo pusieron a los pies de la santa, con saña, diciéndole que lo resucitase. Y ella, echándose en tierra en forma de cruz, rogó a Dios, diciendo así: “Señor Jesucristo, resucitaste a mi hermano, que Tú mucho amabas, hace ya tiempo, y fuiste mi huésped, que yo mucho amé. Señor, ten piedad de mí, que soy pecadora, y estoy en esta cuita. Señor, afirma la fe de estas gentes que aquí están esperándote, y resucita a este muchacho para que todos conozcan tu poder”. Y tomándole por la mano se levantó vivo y sano, bautizándole ante el pueblo.



Exterior e interior de la iglesia de Santa Marta en Tarascón.



A santa Marta el Señor le dijo el día de su muerte un año antes, y todo ese año estuvo enferma. Ocho días antes de que muriese oyó cantar a los ángeles, que llevaban el alma de su hermana la Magdalena para el cielo. Luego, santa Marta, sabiendo que su muerte estaba cercana, amonestó a todos sus acompañantes para que velasen cerca de ella con las candelas encendidas. Y el día antes de su muerte, a medianoche, durmiendo los que la cuidaban, vino un gran viento y apagó las velas. Ella, viendo la compañía de los diablos, empezó a rogar a Dios. Y vino su hermana la Magdalena y encendió los cirios, y se apareció Jesucristo y le dijo: “Marta, mi amiga y mi huésped, vente para mí y estarás siempre donde Yo estoy. Tú me recibiste en tu posada, y Yo te recibiré en el cielo, y oiré por tu amor a cuantos te rueguen para que les seas de ayuda”.
Llegando ya el momento en que debía de morir, hizo que la sacaran fuera para poder ver el cielo y ordenó que la pusieran sobre la ceniza y que tuviesen la señal de la cruz ante ella. Y rogó a Dios diciendo: “Mi huésped muy amado, guarda esta tu pobrecilla, y así como Tú quisiste visitarme en mi posada, así me recibas en el cielo y me des posada en tu reino”. Después mandó que le leyesen la Pasión de Jesucristo según san Lucas, y mientras el clérigo leía ella dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, y salió el alma del cuerpo.

La muerte de santa Marta pudo ocurrir alrededor del año 84 y parece ser que se enterró en Tarascón. Continua la tradición contando que haciendo Dios después muchos milagros al sepulcro de santa Marta, Eldovio, rey de Francia, se hizo cristiano. Teniendo mucho dolor en la espalda, fue al sepulcro de la santa y sanó, con lo que hizo importantes donaciones a ese lugar de dinero y tierras.
Marcela, la que fue criada de santa Marta, hizo escribir toda su vida. Después se fue a Eslavonia (región de Croacia), y predicando allí la fe de Jesucristo, al cabo de diez años de que santa Marta muriera, murió ella.


Tumba de santa Marta en la iglesia de Santa Marta de Tarascón.

sábado, 5 de noviembre de 2011

EL REY DE LOS CUERVOS

Un antiguo cuento cátaro nos dice que había un hombre con un solo ojo en medio de la frente, como un cíclope, que tenía tres hijas por casar y esperaba pretendientes. El primer aspirante es un rey, pero era el rey de los cuervos. Acude para pedir a una de las hermanas por esposa, no le importa cuál de ellas. El padre se lo piensa y luego le pregunta a las dos hermanas mayores, que, entre risas, dan una respuesta negativa. La menor no es consultada pues tan solo tiene diez años. Entonces el padre le dice al cuervo rey que ninguna de sus hijas le entregará como esposa, por lo que este entra en cólera y le saca al hombre su único ojo, diciéndole que recuperará la vista si le entrega una de sus hijas. Acude el desesperado hombre a su hija menor y ella le explica que habría dicho sí desde un principio si le hubiera consultado, y efectivamente, ella dice sí.

Se celebra la ceremonia que es magnífica. Después los servidores cuervos llevan a la esposa hasta un maravilloso castillo lejano que se encuentra en una isla en medio de los mares. El rey cuervo va también hasta allá y le expone lo siguiente: él y su pueblo solo son cuervos en apariencia; un malvado bribón les ha reducido al estado de animal, pero recuperarán la forma humana si la reina sigue las instrucciones de su marido. Aún demasiado joven, deberá esperar siete años antes de convertirse en mujer y, hasta entonces, no deberá intentar jamás conocer los verdaderos rasgos del rey.




La reina niña espera con paciencia, tiene añoranza de su familia y se hace amiga de una vieja lavandera, pero no sucumbe a la curiosidad... hasta la misma víspera del día fijado, el día en el que cumple diecisiete años. Contempla entonces por la noche los rasgos de un encantador joven, pero para seguir separada de él: el poderoso malvado se lo lleva para encadenarlo en la cima de una montaña.

La reina toma conciencia de su responsabilidad y del hecho de que solo ella tiene el poder de salvar a su marido y al pueblo de los cuervos. Su amiga la lavandera le da un cuchillo de oro y zapatos de hierro. Cuando ella haya utilizado los zapatos entonces su marido se salvará si ella quiere.

La reina camina durante años y busca. Visita el país donde siempre brilla el Sol y el país que pertenece a la Luna. Y el país de la Noche. Con el cuchillo de oro mata a un malvado lobo. Ella camina y camina... la hierba canta bajo sus pies y, después de sus agotadoras jornadas, la hierba es azul y canta día y noche. Todavía más lejos, la hierba azul que canta día y noche rompe el hierro de sus zapatos, y entonces la reina agarra la hierba y continúa descalza, cruza el mar y llega a la vista de una gran montaña que resulta ser donde su marido está prisionero. Sube la montaña y se encuentra con que el rey cuervo está custodiado por dos lobos, uno negro y otro blanco, pero no son obstáculo, con decisión los mata y de esta manera ya llega hasta él, rompe las cadenas y lo libera. Entonces el rey, como al mismo tiempo todo su pueblo, se convierte de nuevo en humano... y reina y rey se funden en un amoroso abrazo.

Bajo la forma de cuento se oculta una búsqueda espiritual. Es interesante que cuando es necesario tanto el rey como la reina utilizan la fuerza para alcanzar sus nobles objetivos, como obtener la liberación de su pueblo. Se encuentra aquí por tanto una óptica de dualismo moderado: el mal empleado para el restablecimiento del bien. Pero quizás no llegue hasta eso, porque otras lecturas de la violencia se pueden hacer, muy posiblemente como una lucha interior.

Las indentidades de los personajes son esotéricas. El hombre-cíclope no ha salido aún de la animalidad y no sabe que posee el ojo del Conocimiento en su frente. Las dos hijas mayores son almas todavía incapaces de asumir una búsqueda, un combate consigo mismas. Los cuervos, y en primer lugar su rey, son espíritus prisioneros de la materia. La joven casada es el alma consciente, pecará pero reparará su falta. La hierba azul muestra el poder de la voluntad que se afirma a lo largo de la búsqueda: al final es capaz de romper el hierro de la materia y de liberar al espíritu. Y si el largo esfuerzo de la reina es coronado por el éxito no lo es porque lo ha hecho solo para ella sino también por otro. El esfuerzo de redención hecho para uno mismo no tendría éxito sin el amor a los demás.

Otros detalles reveladores tiene este cuento, pero los dejo para que los lectores más despiertos los interpreten...

viernes, 21 de octubre de 2011

LA ESPAÑA MÁGICA

Para inaugurar, por decirlo así, una nueva temporada en "Ianua Caeli", en la que la España sagrada y mágica va a tener bastante protagonismo, propongo que veáis este estupendo programa de "El Faro de Alejandría" emitido el 26 de octubre de 2002 dedicado a la España mágica con motivo de "celebrar" el vigesimoquinto aniversario de la publicación de la "Guía de la España mágica" de Juan García Atienza y "Gárgoris y Habidis" de Fernando Sánchez Dragó. Presenta este último e intervienen los investigadores y escritores Juan García Atienza, Antonio Ruiz Vega, Jesús Callejo y Jesús Ávila Granados, todos ellos autores de merecido prestigio que al día de hoy siguen al pie del cañón menos el primero, el maestro Juan García Atienza, que murió recientemente. Sirva este post también como recuerdo y homenaje a este gran investigador que abrió tantos caminos y mentes.

lunes, 22 de agosto de 2011

LAS NUEVAS CARAS DE BÉLMEZ

El jueves 18 de agosto se levantó el precinto notarial en una de las habitaciones de la casa natal de María Gómez Cámara, en la calle Cervantes nº 7 de Bélmez de la Moraleda (Jaén), la conocida como casa de las nuevas caras de Bélmez que desde hace unos años, tras el fallecimiento de María Gómez, también presenta fenómenos paranormales. Por iniciativa del GIPB (Grupo de investigaciones parapsicológicas Bélmez) la notario de Huelma Elena Ramos precintó una de las habitaciones de la planta baja, en donde se manifiestan las extrañas caras, el 18 de febrero, y tras 6 meses se ha vuelto a abrir. Con esto se quiere demostrar que allí no ha entrado nadie en todo este tiempo y que cualquier modificación que ocurriera en la pared que fue enfoscada con cemento el día del precinto no tiene nada que ver con intervención exterior alguna. De esta manera, al entrar de nuevo a la habitación se pudo ver con sorpresa por parte de la notario, miembros del GIPB, periodistas, albañiles y curiosos que la pared tiene modificaciones en forma de manchas de manera que no se pueden tachar de simples humedades, que son fácilmente distinguibles. Algunas de esas manchas parecen como radiaciones o ramificaciones desde un punto central, algo nunca visto, y otras son inicio de caras, siempre formándose a partir de dos puntos que pueden ser los ojos y otras manchitas abajo que empiezan a formar la nariz y la boca.

Os pongo dos fotografías obtenidas el día después de abrir la habitación, una general de la pared y otra de una parte de ella, para que podáis juzgar por vosotros mismos, aunque siempre lo mejor es visitar la casa, que está abierta para cualquiera que quiera verla.





¿Humedades que en esta casa, como en la anterior, tienen la extrema casualidad de formar imágenes humanas? ¿Pareidolia y ganas de ver lo que no hay? ¿Auténtico fenómeno paranormal en el que se manifiestan unos seres? Para mí el misterio sigue vivo...

viernes, 22 de julio de 2011

MARÍA MAGDALENA

María Magdalena, de Magdala, cerca del Tiberíades en Galilea, es mecionada en el Nuevo Testamento entre las mujeres que acompañaron y siguieron a Jesús (Lucas 8, 2-3) donde también se dice que habían sido echados fuera de ella siete demonios (Marcos 16, 9). Ella es la segunda persona nombrada a los pies de la cruz (Mc 15,40; Mt 27,56; Jn 19,25; Lc 23,49.). Ella vio a Cristo yaciendo en su tumba y fue la primera testigo reconocida de la Resurrección.



La Iglesia Ortodoxa desde un principio distinguió tres personas: la “pecadora” de Lucas 7,36-50; la hermana de Marta y Lázaro, Lc 10,38-42 y Jn 11; y a María Magdalena.
Por otro lado, la mayoría de los padres de la Iglesia Católica sostuvieron que estas tres personas fueron una y la misma. Posteriormente, los protestantes creen que eran dos, y tal vez tres personas distintas.

El primer hecho, mencionado en el Evangelio en relación a este tema, es la unción de los pies de Cristo por una mujer, una “pecadora” en la ciudad (Lucas 7, 37-50). Inmediatamente después, san Lucas describe un circuito misionero en la Galilea y nos cuenta de una mujer que siguió a Cristo entre ellos siendo “María la llamada Magdalena, de quien fueron exorcizados siete demonios” (Lucas 8, 2); pero no nos dice que es con ella con quien se identifica “la pecadora” del capítulo anterior. En 10, 38-42, nos cuenta la visita de Cristo a Marta y María “en cierto pueblo”; es imposible identificar el pueblo, pero queda claro más adelante que Cristo había definitivamente dejado Galilea y es bastante posible que este “pueblo” fuera Betania. Esto parece confirmado por la parábola precedente del buen samaritano, la cual casi con certeza fue dicha en el camino entre Jericó y Jerusalén. Pero aquí nuevamente notamos que nada sugiere una identificación de las tres personas (la “pecadora”, María Magdalena y María de Betania) y si solo tenemos a san Lucas para que nos guíe, ciertamente no tenemos fundamentos para identificarlas. San Juan, sin embargo, claramente identifica María de Betania con la mujer que ungió los pies de Cristo (12; cf. Mt 26 y Mc 14). Es notable que ya en el 11, 2 san Juan haya hablado de María como “aquella que ungió los pies del Señor”; es concebible que san Juan, sólo porque escribió mucho tiempo después de los eventos y en un tiempo cuando María estaba muerta, que desee apuntarnos que ella era realmente la misma conocida como la “pecadora”. Del mismo modo, san Lucas pudo no haber revelado su identidad precisamente porque no deseaba difamar a alguien aún vivo; ciertamente ocurre algo similar en el caso de san Mateo (5, 7) quien oculta su identidad con Leví, el publicano.
Si el argumento anterior se mantiene correcto, María de Betania y la “pecadora” son una y la misma persona con María Magdalena. Con san Juan aprendimos el nombre de la “mujer” que ungió los pies de Jesús previo a la Última Cena. Podemos notar aquí que parece innecesario mantener esto porque san Mateo y san marcos dijeron “dos días antes de la Pascua” mientras que san Juan dice “seis días”, hay, por lo tanto, dos distintas unciones una tras la otra. San Juan no necesariamente quiere decir que la Cena y la unción tuvieron lugar seis días antes, sino que Cristo llegó a Betania seis días antes de la Pascua. Entonces, en aquella Cena María recibió el glorioso encomio, “ella ha realizado una buena obra en mí...al ungir mi cuerpo para mi entierro...donde sea que este Evangelio sea predicado...que también lo que ella ha hecho por mí sea relatado en memoria de ella”. Considerando todo esto, ¿es creíble que esta María no tuviera lugar a los pies de la Cruz, como tampoco en la tumba de Cristo? Sin embargo, es María Magdalena quien, de acuerdo a todos los evangelistas, estuvo a los pies de la cruz y asistió en el funeral y fue la primera testigo registrada de la Resurrección. Y mientras san Juan la llama “María Magdalena” en 19,25; 20,1 y en 20,18, la llama simplemente “María” en 20,11 y 20,16.
Bajo esta visión, la serie de eventos constituyen un todo consistente; la “pecadora” aparece temprano en el ministerio buscando el perdón; ella es descrita inmediatamente después como María Magdalena, “mujer de la cual salieron siete demonios”; poco después la encontramos “sentada a los pies del Señor y escuchando sus palabras”. En un período posterior María y Marta se vuelven a Cristo y El les devuelve a su hermano Lázaro; poco tiempo después, lo invitan a cenar y María nuevamente repite el acto que había realizado como penitente. En la Pasión ella está a su lado; ella lo ve yaciendo en la tumba; y es la primera testigo de su Resurrección.

Los evangelios gnósticos de santo Tomás y san Felipe, incluso el atribuido a la misma María Magdalena, encontrados en Nag Hammadi (Egipto) tras estar muchos siglos enterrados, aportan importantes matices, de tal manera que nos hacen ver a la Magdalena como posiblemente su más avanzada discípula, la que mejor supo entender al Maestro y, entonces, la que quizás continuó más fielmente sus enseñanzas, creándose así una iglesia, de la que participaría san Juan de forma destacada, que podría ser considerada la más auténtica heredera del magisterio de Jesús y que desgraciadamente tuvo que soportar desde muy temprano los recelos de las demás facciones cristianas y luego la persecución y el intento de eliminarla completamente por parte de la Iglesia oficialmente establecida.

Esta facción de seguidores de la iglesia de María Magdalena, que se podría considerar la más puramente cristiana, habría tenido continuación a lo largo de los siglos a pesar de todo, con grandes altibajos y casi siempre manteniéndose en la discreción o en el secretismo, y enmarcándose dentro del gnosticismo, como fueron los bogomilos, los cátaros, posiblemente parte de los templarios y ciertas facciones de sociedades secretas y discretas hasta nuestros días.


Un buen ejemplo de esa posible continuidad de la iglesia de María Magdalena estaría expresada en la obra de Leonardo da Vinci, destacando su Santa Cena, en donde el lugar de san Juan podría estar ocupado por la figura de la Magdalena, junto a Jesucristo.
La Iglesia Griega sostiene que la santa tras la resurrección del Maestro se retiró a Éfeso (en la actual Turquía) con María, la madre de Jesús, y allí murió. Sus reliquias fueron transferidas a Constantinopla en el año 886 y son preservadas allí. Gregorio de Tours (De miraculis, I, xxx) apoya la idea que ella se fue a Éfeso.


Sin embargo, de acuerdo a la tradición francesa, María Magdalena, Lázaro y algunos acompañantes se fueron a Marsella convirtiendo a toda la Provenza. Se dice que la Magdalena se retiró a un cerro, la Sainte-Baume (Santo Bálsamo), donde se entregó a una vida de penitencia por treinta años.


Al llegar el momento de su muerte fue llevada por ángeles a Aix, al oratorio de san Maximino, donde recibió el viático; entonces, su cuerpo yace en un oratorio construido por san Maximino en Villa Lata, luego llamada Saint-Maximin.


La Historia se mantiene silenciosa respecto a esas reliquias, hasta el año 745, cuando, de acuerdo al cronista Sigebert, fueron cambiadas a Vézelay por temor a los sarracenos. No hay registro de su regreso, pero en el año 1279, cuando Carlos II, rey de Nápoles, levantó el convento en la Sainte-Baume para los dominicos, se encontró el sepulcro intacto con una inscripción que declaraba por qué había sido escondido. En el año 1600 las reliquias fueron colocadas en un sarcófago, enviado por Clemente VIII, con la cabeza colocada en una vasija separada. En el año 1814, la iglesia de la Sainte-Baume, derrumbada durante la Revolución, fue restaurada y en la gruta fue nuevamente consagrada. La cabeza de la santa ahora yace allí, donde ha estado por tanto tiempo y donde ha sido centro de muchos peregrinajes.


Es muy interesante ahondar en esta tradición occidental sobre la vida de María Magdalena tras la resurrección de Jesús. La tradición con más adeptos es que por la persecución de los judíos contra los primeros cristianos tuvieron que embarcarse los tres hermanos, María, Marta y Lázaro, con algunos otros, en una nave desmantelada, y que caminando a merced de las olas del Mediterráneo entró en el puerto de Marsella, aunque otra versión muy extendida dice que llegaron primero a Saintes-Maries-de-la-Mer, en la Camarga, donde todavía se recuerda y celebra tal hecho.


Santa María Magdalena predicaba junto al gran templo de Diana, en cuyo sitio se ve todavía una antiquísima capilla en honor de la santa. Según la misma tradición, Lázaro fue obispo de Marsella, en donde murió, y llevó a Tarascón la luz del evangelio. Marta también predicó en esta zona del sur francés, enfrentándose incluso a un dragón, al que venció solo con agua bendita. Años más tarde, en el año 47, la Magdalena se retiró a una caverna, que ha venido a ser muy célebre, bajo el nombre de la Sainte-Baume; allí, en aquel desierto humano, es donde finalizó sus días en las prácticas de la más austera penitencia. Existe una leyenda de la Sainte-Baume. Esta leyenda es una de las más bellas y se encuentra intercalada en un relato que forma parte de un sermón de un dominico que refiere que habiéndose aparecido esta santa a un religioso de su orden que estaba allí, le trazó el cuadro de la vida penitente que había llevado en la gruta en donde ella se había retirado en la Provenza. Este relato, en resumen, cuenta lo siguiente sobre la Magdalena:
La santa le dijo al padre Elías, testigo de la aparición en la gruta, que habían llegado en gran número a Marsella desde Jerusalén, arrojados sobre una nave y abandonados a la gracia de Dios. Marsella los acogió y abrazó la fe cristiana como casi toda la comarca. Una inspiración del cielo condujo sus pasos a una cueva solitaria, y apenas moraba en ella cuando, al fijar sus ojos en la fuente preparada por la Providencia, percibió en la sombra una serpiente de aspecto horrible, una enorme boa. Al ver a la santa se levanta y a sus espantosos silbidos saltan una innumerable multitud de sierpes de toda especie, que dirigen contra ella sus ojos y su furor. Por el pavor que le causaron, aunque no temía a la muerte, rogó a Jesús. La enorme serpiente la cogió entre sus afilados dientes, pero al momento se apareció un ángel que la arrancó de los dientes del dragón y le dijo: “Feliz eres por haber creído, ¡oh María!”. Y hollando después al dragón dijo: “Sal de aquí, tú y tus serpientes”. Y el dragón y las serpientes, volando aquél, y éstas arrastrando, se precipitaron al desierto. Desapareció el ángel después de haber purificado con su aliento de fuego la caverna. Cuando la Magdalena hubo recorrido todo este recinto, y vió que era inaccesible para los hombres, se puso de rodillas llorando y exclamó: “¡Bendito seáis, oh Jesús mio, por haber cumplido mis deseos! Dignaos ahora también a hacer manar para vuestra sierva agua de este peñasco”. Al momento mismo la enorme peña se abrió y empezó a derramar un manantial. Luego advirtió que en la parte derecha de la gruta había muchos espíritus que le aconsejaban que abandonara las plegarias, con lo que comprendió que eran demonios. Al clamar a Dios el arcángel san Miguel se presentó, puso en fuga a los ángeles de las tinieblas y le dijo que el Altísimo vela sobre ella. Y esto diciendo, plantó una cruz en la entrada de la gruta.


Allí permaneció la Magdalena durante mucho tiempo con otras muchas experiencias místicas como la de dos ángeles que la subían; en una de ellas un ángel le dijo que allí quedaría tanto tiempo como el Salvador permaneció sobre la Tierra. Se volvió insensible al calor y al frío, sus vestidos se calleron a pedazos pero sus cabellos habían crecido hasta el punto de cubrirla entera. Se pasaba la vida en la meditación de los misterios de Cristo. Incluso en los postreros días de su vida el mismo Jesucristo la visitó, resplandeciente como en el Tabor.


Siguen las crónicas diciendo que tras 33 años oculta y sabiendo que por fin el Señor quería llamarla para sí, a través de un hombre que la había encontrado y que hizo de mensajero, hizo que el obispo Maximino estuviese preparado para celebrar una misa el día por ella señalado, en el cual iría sin falta. Algunos días después, estando preparado Maximino, entró la Magdalena en su oratorio y le contó todo lo que le había pasado durante su retiro, lo cual mandó escribir el obispo para que quedara para la posteridad. Después de que la Magdalena le contó toda su vida eremítica, le pidió a Maximino que le diese la comunión y apenas la recibió murió.
Continúa la tradición diciendo que el cuerpo de Santa María Magdalena, después de su muerte, arrojaba de sí un olor delicioso. El obispo Maximino, acompañado del clero, le hizo los honores del entierro, y se añade que fueron tantos los milagros con que la santa señaló y engrandeció esta pompa funeral que los fieles en los tiempos sucesivos erigieron en su obsequio el hermoso mausoleo de alabastro que aún se conserva en la capilla subterránea. El día 22 de julio del año 81, observa uno de sus historiadores, fue el de la muerte de la Magdalena. Se ignora exactamente los años que vivió porque carecemos de fundamento sólido en que apoyarnos; pero según lo escrito por algunos historiadores de su vida, murió con 79 años. A los 15 dió principio a sus liviandades, doce vivió de este modo, tres empleó en acompañar a Jesús, dieciséis consumió en la predicación y treinta y tres permaneció en la soledad de su amada cueva.
San Maximino declaró al clero que cuando muriera quería ser sepultado a los pies de la santa. Procuró dar a conocer al pueblo el lugar de la penitencia de la Magdalena e hizo accesible la gruta a la veneración de los fieles. Se extendió tanto la devoción a la Magdalena que la roca fue habitada en el año 450 por los casianistas y después por los monjes de san Benito. Unos y otros estuvieron también sucesivamente en Saint-Maximin para custodiar la reliquias de la santa cuya devoción florecía en los dos lugares. Se alteró la Provenza después por la incursiones de los musulmanes y se resolvió ocultar aquel precioso tesoro confiando a algunas personas el secreto del lugar donde se escondía en el año 716. Carlos de Anjou, hijo de Carlos I, rey de Jerusalén, de Sicilia y conde de Provenza se hallaba en la ciudad de Aix en 1278 mientras su padre, hermano de san Luis rey de Francia, estaba ocupado en los negocios de Italia. Sabiendo este príncipe la historia de la Magdalena, quiso encontrar los preciosos restos. Apeló a la oración y a los santos ejercicios, y refieren las crónicas que la misma santa le reveló el lugar en que se había ocultado su cuerpo, es decir, en un campo inmediato a la iglesia de Saint-Maximin, donde se encontraba una frondosa planta de hinojos, haciendo el hallazgo en 1279. Es de advertir que el padre fray Isidoro de Sevilla dice que esta revelación de la santa a Carlos de Anjou tuvo lugar en Barcelona y no en la Provenza, pues en 1279 fue hecho prisionero por un general de la mujer de Pedro III de Aragón, y estando preso en Barcelona, en la noche del 21 de julio, se le apareció la santa, le libró milagrosamente y le hizo la revelación. Sea lo que sea, el príncipe mandó cavar en aquel punto y descubrió el sepulcro de alabastro y los otros tres de mármol. Subido después este príncipe al trono, como Carlos II, fomentó esta devoción a las reliquias de la santa con una feria franca anual en la ciudad de Saint-Maximin.


Como se puede comprender, no debe ser casualidad que si la Magdalena vivió, murió y fue venerada desde aquel momento en el sur de la actual Francia, se la relacione directamente con los movimientos religiosos considerados heréticos por la Iglesia Católica como fue el catarismo, tan arraigado en la zona, y otras cuestiones más o menos paralelas como las sociedades secretas y las líneas familiares que guardan el sagrado conocimiento, el que nos legó María Magdalena, la amada discípula de Jesús.